martes, 29 de marzo de 2011

EL JARDÍN DEL PALAU

16 - Jardin del palau_rincon Rincón de fragancias con aromas de azahar que pasa inadvertido las más de las veces a favor de la riqueza monumental que en su entorno reina y en la que el paseante fija especialmente su atención.

El rincón corresponde al de un pequeño jardín cercado por una artesanal verja, sujeta a pilastras de piedra que lo hace aún más recogido. A él se accede por dos puertas que franquean el paso al caminante que desea en su solaz aislarse del trasiego humano que deambula por la amplia y peatonal zona, a la sazón núcleo histórico de la ciudad.

Nació el jardín tras el derribo del antiguo Consistorio, el conocido hasta ese momento como “Casa de la Ciudad” que desde su construcción en 1342 sirvió como el lugar donde los Jurados, el Racional, el Síndico y el Escribano ejercieran su poder municipal, a la vez que cumplía como cárcel de hombre y mujeres y hasta de reuniones en Cortes. Hasta entonces y desde que Jaime I creara la institución municipal, los Jurados se reunían en diferentes Casas en torno a la Iglesia Mayor.

Sometida a posteriores restauraciones, sus interiores alcanzaron un gran esplendor, así como su fachada flanqueada por dos esbeltas torres. Destacó su “cambra daurada”, de rico artesonado construida en 1441 cuya techumbre se puede observar desde 1929 en el interior de la sala que ocupara el “Consulat del Mar” en la monumental Lonja de la Seda, donde luce pulcramente restaurada como el más importante de los legados que persisten de la antigua “Casa de la Ciudad”. A él se suman un tríptico del Juicio Final en el Museo Histórico Municipal, una reja de hierro situada a la entrada de la capilla de la Lonja, y otras obras pictóricas en poder de colecciones particulares.

Situada en la esquina frontal a la plaza de la Virgen se observa sobre pedestal de piedra una figura de bronce del Ángel Custodio, que como patrono de los Jurados y símbolo de la ciudad, era venerado en un altar de la Sala del Consell, y en cuyo recuerdo destaca en lugar prominente del jardín.

Como consecuencia de un voraz incendio en 1586, la parte superior del Consistorio quedó totalmente destruida. Tras su restauración y con los años, entró en un proceso de degradación que obligó al Concejo Municipal en 1854 a tomar la determinación tras encontrar un lugar para su emplazamiento, de su traslado a la Casa de la Enseñanza de la Calle de la Sangre, que desde ese instante se convirtió en el nuevo Ayuntamiento de Valencia.

La vieja “Casa de la Ciudad” fue derribada en 1860 dando ocasión para convertir su lugar en un pequeño jardín junto al Palau, separado del mismo por la que fuera Calle de los Hierros, hoy en un pequeño rincón para solaz del paseante. Sentado en sus bancos de piedra con respaldos de hierro, se aísla del murmullo urbano oculto entre sus naranjos que predominan y la majestuosidad del “mástil” de un pino que se observa por la linterna que se abre cima la bóveda del arbolado.

Pequeño jardín que pese a su olvido por la gran concurrencia que callejea por su bello entorno dejándolo de lado, os recomiendo visitar al cobijo de sus naranjos y limoneros junto a otras especies y al encuentro del relajo que procura tan histórico rincón.